15/7/13

DIJO LA NACIÓN SOBRE LA MALCRIADA

Para recordar a la entrañable Niní

Por Federico Irazábal  | Para LA NACION
La malcriada, ópera insolente /Dramaturga e intérprete: Verónica Díaz Benavente/ Escenografía: Babel Producciones/ Iluminación: Gastón Díaz/Vestuario: Ana Clara Uhrich/ Pianista: Damian RogerDIRECCION FENERAL RODRIGO CARDENAS / Sala: El Ópalo, Junín 380/ Funciones:domingos, a las 20/ Duración: 65 minutos.
Nuestra opinión: buena
Hubo alguien en la historia de nuestra cultura y de nuestras artes que supo como nadie mofarse de géneros artísticos y discursivos absolutamente convencionalizados. Y si bien las comparaciones son odiosas, esta vez se vuelve necesario hacerlo, ya que forma parte del placer que uno como espectador siente ante La malcriada . Una mujer sola en el escenario, estableciendo un diálogo imposible con un parten aire mortecino que la mira con cara de nada y una voz en audio que hace chistes a través de juegos de lenguaje. Si reconocieron en esta descripción a nuestra amada Niní Marshall están en lo cierto. Y la menciono porque Verónica Díaz Benavente, una soprano con dotes histriónicas increíbles, hace recordar a la creadora de Catita. En sus caras, en el uso de la máscara, en el modo de abordaje del humor.
No hay mucho para contar ni para decir del argumento, ya que es la parte más débil del espectáculo y hasta en un punto innecesario. Alcanza con saber que uno asistirá a una función parodiada y satirizada de un espectáculo operístico, en el que la soprano -acompañada de un pianista a cargo de un órgano electrónico irá recorriendo ciertas arias muy famosas - Carmen ,Madama Butterfly , entre muchísimas otras- al tiempo que desarrollará su performance. Al respecto hay que señalar la capacidad de juego de Díaz Benavente, ya que sin perder lo vocal logra hacer con su cuerpo algo que desestructura y desmonta a la soprano. Actriz y cantante lírica se conjugan en esta mujer de un modo muy singular, logrando su cima hacia el final del espectáculo en el que interpreta, según sus dichos, una selección de óperas francesas bajo la partitura musical de cumbia argentina, al tiempo que baila como si estuviera en un programa bailantero de sábado a la tarde.
Singular espectáculo para reírse desde que inicia hasta que termina, con una actriz y cantante que descuella en cada escena..

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